Los diarios de circulación nacional chilenos más difundido pertenecen a dos grupos: Uno es Copesa (propiedad de Saieh, empresario ligado a la "cultura", la "información") que tiene a su haber la tercera, la cuarta y la hora El otro es el sagrado mercurio (del clan Edwards) que tiene la segunda, las últimas noticias y una gran cantidad de diarios regionales (de carácter local).La línea periodística se ve periódico a periódico (aunque la lógica final es la empresarial, eso comanda la línea editorial. Y esto por que sus propietarios son primero empresarios,. Así protegen doblemente sus intereses El mercurio fue el primer diario de chile y se imprimía en Valparaíso, después el Mercurio de Valparaíso pasaría a ser la sombra de lo que hoy es el Mercurio de Santiago. Está ligado a la derecha, la iglesia católica y el empresariado, defensor acérrimo del capitalismo y el libre mercado y en sus tiempos el diario de la oficial de la dictadura. La segunda es un vespertino, también de derecha y muy católico, sigue la línea del mercurio se caracteriza por tener una noticia más objetiva se hace después de las 12 PM , se dirige a un público ilustrado , es considerado uno de los mejores, no asì el más importante. Las últimas noticias prensa faranduleras y morbosas. Es el de mayor venta en Chile. Antes de la dictadura este era el diario estatal y el oficial, lo adquiere el Señor Edwards y lo convierte en lo que es hoy en día Por parte de COpesa La tercera es también pro empresariado pero bastante amarillo, es muy difícil definirlo, a veces muy progresista otras muy conservador.
La cuarta es el farandulero de este grupo, antes ligado a exaltar el morbo de los asesinatos y crímenes diversos, de un modo más bien cínico, ahora se debate entre ambos. y la hora es un diario pequeño y gratuito que se reparte a la salida del metro con noticias provenientes en su mayoría de agencias internacionales que generan la sensación de información. La Nación que es el diario oficial y cómo tal defiende al gobierno en su actuar y el bacheletismo Últimamente está tomando fuerza la prensa independiente, de carácter ambientalista, "revolucionario", contestario, antiliberal, anticapitalista, antiimperialista... y así, que al final es ir contra el discurso oficial.
Cargamento desparramado de títulos y hojas en forma de lulo obstruyen diariamente la abertura de la puerta. Imposible ignorarlo; su presencia impide la lectura de libros, limita la escritura y obstruye el pensamiento. Dejarlo de lado en la mañana no es otra cosa que postergar la obligación para la tarde, porque ahí estará él o ella, diario o prensa, bien estiradito y ordenado al lado del teléfono. Se trata simplemente de qué pasó, por qué, cuándo, cómo y dónde. Fórmula matemática para una actividad humanista; pirámide invertida para el oficio de las letras. De estar bien informado. Se supone que así se tendrá éxito. Por estos tiempos, la función del diario no es otra que la de hacer creer a sus lectores que tendrán el poder de las informaciones que suceden alrededor del mundo en forma de noticias. Con ello el ciudadano siente que mediante los periódicos, estará invirtiendo su ocio en algo útil e inteligente, aunque la experiencia de este cotidiano hábito, se encuentre muy distante del deseo de enriquecerse culturalmente y de profundizar los conocimientos. Acceder al saber y sentirse reconfortado a través de algún artículo, es una posibilidad vaga e impensada para quien aspire a soñar o a crecer, porque se trata de medios roñosos con una agotadora diagramación y escaso contenido, que no invitan a comulgar con el placer de la lectura. El Poder de los Mediocres Los periódicos están convertidos en verdaderas alarmas que lo único que persiguen es hacer alaraca para llamar la atención de la gente. Sus titulares son como auténticos gritos de viejas menopáusicas que desesperadamente piden que una vez miradas, sean cogidas y manoseadas. Será prensa amarilla, oscura, roja o vendida; da lo mismo. Siempre sus encabezados de portada buscan el título más ridículo y polémico posible, produciendo que los temblorosos lectores terminen preguntándose ¿viste lo qué pasó? A su vez, los medios informativos se encuentran convencidos de que son el cuarto poder del Estado, simplemente por el hecho de que tienen metida la nariz en todas las quejas y escándalos públicos y privados. Los muy copuchentos se defienden diciendo que fiscalizan la democracia, que obstruyen los abusos y que son el sostén de la libertad. Con eso buscan mantenerse vivos y perdurar, pero lo cierto es que la supuesta autonomía que representan, se ve opacada por los estrechos vínculos entre ellos y el poder. Esto se produce porque el sistema de multimedios que opera en Chile está fuertemente ligado al mundo político y económico, por lo que la apertura mental de estos medios es limitada, lo cual se traduce en que no se atreven ni a cuestionar, ni a inventar. Se da entonces un nexo de dependencia, de simbiosis, porque se pertenece a ese mundo o se muere. Como a punto de morir estuvo La Época, el único diario con coraje de este país que desafía el monopolio, mientras pululan por las calles cinco o seis diarios chicos atorrantes, financiados con publicidad de fono putas o avisos de moteles medio clandestinos. ¿Para qué tantos? ¿para darle comida a mediocres reporteros, o para oxigenar a las múltiples universidades privadas que no paran de ofrecer la carrera de Periodismo?. En Cuba existe sólo un diario y tiene cuatro páginas. Y no estamos hablando precisamente de un país de analfabetos. A Tirar la Cadena ... El rollo de la objetividad agobia cuando uno se topa con textos insípidos, sin mayor fuerza, ni gran elaboración. El argumento pasa por un intento fallido de mostrar los hechos neutralmente, alejándose de la interpretación o intuición, lo que da como resultado un prolongado bostezo que obliga rápidamente a dar vuelta la página. Sería bastante más interesante tener periódicos que plasmen un enfoque audaz de los temas, con fuerza y personalidad; que formulen a través de juicios críticos, la aguda realidad de diversos sectores del país, la que muchas veces es ocultada en la agenda pública. Desgraciadamente las circunstancias que presentan actualmente estos medios, desencadena en un anémico proceso que se traduce en una nueva conducta del consumidor de diarios, el cual involuciona violentamente de lector a ojeador y que va volviendose más acucioso únicamente mirando las minas que aparecen en el suplemento femenino del día martes. No sabría decir si los diarios chilenos son completos o incompletos. Sólo sé que se podría prescindir de ellos, porque no hacen otra cosa que robarle su lugar a otros medios que verdaderamente tratan en profundidad los temas, como son las revistas que se dedican exclusivamente a diversas especialidades. Sin embargo, casi la totalidad de estas publicaciones presentan desbalances económicos, que disfrazado como excusa por su falta de creatividad, les impide surgir y perdurar con fuerza en Chile, lo que alimenta aún más el consumo de periódicos que representan una visión de los fenómenos que por ahora es superficial, temerosa y con un pequeño vistazo de una escasa parte de la realidad. Tal vez uno de los pocos respaldos que puedan recibir los diarios de parte de sus lectores, sean las informaciones sobre el siguiente partido del Chino Ríos, o notas sobre el Matador Salas. En ese instante, el consumidor de periódicos respirará aliviado cuando al término de una agobiante mirada de todas sus hojas, se encuentre con la sección deportiva. Entonces, después de la cena, el saturado lector cogerá el único tesoro de aquel rito de cada día y lo reflexionará en un prolongado asiento en el baño. Total, en su inconciente sabe que no será necesario apurarse para leer el resto del periódico, porque en unos momentos más comenzará el noticiario de televisión que tendrá en su contenido las mismas noticias que están desparramadas por la casa, impregnadas en un roñoso papel y que se imprimirán en forma de lulo listo para hacerle una zancadilla al lector cuando salga de casa por la mañana.
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